La boda de Máxima Zorreguieta y Guillermo de Holanda: las 33 mejores fotos del álbum y el look de los invitados
Se cumplen 20 años desde que la economista argentina y el por entonces heredero de la Corona se casaron en Ámsterdam. Su historia de amor y los detalles del inolvidable enlace de los reyes de Holanda
Después de tres años de noviazgo, el 2 de febrero de 2002 Máxima y Guillermo se casaron en una espectacular ceremonia religiosa en la Iglesia Nueva de Ámsterdam, Nieuwe Kerk, y lo celebraron con una fiesta para casi dos mil invitados en el Palacio Real, a la que asistieron la mayoría de las Casas Reales de Europa
Máxima cautivó con un espectacular diseño de Valentino en color marfil, un trabajo que llevó tres meses de confección pero que se ubicó entre los vestidos de novia más icónicos del mundo, junto con el de la reina Isabel de Inglaterra y las princesas Grace de Mónaco y Catalina de Cambridge. En su mano derecha, llevó un delicado ramo compuesto por rosas, gardenias y lirios blancos. El largo de la cola de vestido era de cinco metros. Guillermo vistió un traje formal y un abrigo largo con banda real, entorchados y medallas
Para ese día tan especial, ella eligió una costosa tiara de la Casa Orange que perteneció a Sofía de Wurttemberg, primera mujer del rey Guillermo III; una pulsera de brillantes, y los aros de diamantes en forma de lágrima que usó la reina Beatriz en su boda. La fabulosa tiara fue acompañada con un peinado recogido y un maquillaje muy simple
En medio de una gran ovación popular, la pareja real se trasladó por el centro histórico de Ámsterdam a bordo de la famosa "Carroza de oro", que en aquella ocasión solo pudo utilizar seis caballos porque transportaba a los príncipes, pero se usaban ocho cuando viajaba la reina Beatriz. Fue estrenada en 1898 para la coronación de la reina Guillermina, e inspiró a Walt Disney para diseñar el carruaje de las películas en sus dibujos animados
Pero no todas fueron rosas para Máxima, ya que su boda tuvo un gran ausente: su padre, Jorge Zorreguieta, a quien el Parlamento holandés le prohibió que asistiera por su pasado como funcionario de la última dictadura en Argentina. Entre 1976 y 1981, fue subsecretario, y luego, secretario, de Agricultura y Ganadería, por lo que se consideró que tuvo una "responsabilidad moral" en los aberrantes delitos que se cometieron durante esa época oscura del país
Máxima terminó la secundaria en el colegio Northlands y se recibió de economista en la Universidad Católica Argentina En paralelo, trabajaba en el departamento de ventas una empresa y daba clases de inglés y matemáticas a los alumnos del primer año de su carrera. Es políglota, ya que domina a la perfección los idiomas español, inglés, italiano y neerlandés
En 1993, Guillermo de Holanda obtuvo su título universitario en Historia en la Universidad de Leiden. Luego, se interesó por la aviación, así que se graduó como piloto militar y, posteriormente, se capacitó en la Escuela Superior de Defensa de Holanda. Hace unos años, se conoció que, cada tanto y de incógnito, realiza vuelos comerciales como piloto en KLM
En 1996, Máxima se mudó a Nueva York, y trabajó en el HSBC James Capel Inc. Tres años después, fue nombrada vicepresidente de la división Mercados Emergentes en Dresdner Kleinwort Benson. En 1999, viajó a la Feria de Abril de Sevilla, en España, donde una amiga de la escuela secundaria le presentó al por entonces príncipe Guillermo de Holanda. El flechazo fue mutuo y ya no volvieron a separarse
En 2001, los novios se comprometieron y la argentina se convirtió en ciudadana neerlandesa. Las dos Cámaras del Parlamento tuvieron que aprobar un proyecto de ley para consentir el matrimonio, ya que ella es católica y él, protestante
Antes de eso, Máxima tuvo que conquistar a la reina Beatriz, quien se convertiría en su suegra y con quien mantiene una excelente relación. "Al verla, mi madre sonrió: algo que no hacía desde tiempo inmemorial", le confió Guillermo a sus amigos. Luego de ese encuentro, la economista argentina se avocó por completo a interiorizarse sobre Holanda. Aprendió el idioma, pero también, sobre historia, política, geografía, arte, literatura, el cultivo de tulipanes, la maduración de los quesos...
El 30 de abril de 2013, la reina Beatriz de Holanda decidió abdicar en favor de su hijo, Guillermo, en una emotiva ceremonia que se llevó a cabo en el Palacio Real de Ámsterdam. A partir de ese momento, Máxima se convirtió en la reina consorte y mantiene una agenda abultada durante todo el año representando a su país en el mundo, pero también, acompañando a su marido en sus compromisos oficiales
Máxima no solo se ganó el corazón de Guillermo -y hasta el de la reina Beatriz- sino que su espontaneidad, su sencillez y su carisma la llevó a conquistar al pueblo holandés. En cada una de sus apariciones públicas, se toma el tiempo necesario para saludar a quienes se acercan a conocerla, saludarla, tomarle una selfie o regalarle una flor. Es dueña de un magnetismo poco usual en la monarquía: se convirtió en un ícono de la moda, el estilo y el glamour, pero nunca perdió su sencillez y, sobre todo, la cercanía con la gente, la misma que practica su marido desde pequeño
La foto que emocionó al mundo: la imagen de Máxima conmovida y secándose las lágrimas, tomada de la mano de Guilllermo al escuchar "Adiós, Nonino", de Astor Piazzolla. Se trataba del tema favorito de su padre y que ella eligió especialmente para homenajearlo en su ausencia. Fue interpretado por el prestigioso bandoneonista, Carel Kraayenhof
En uno de los días más importantes de su vida, Máxima rompió en llanto y se quebró durante su boda. Su madre, María del Carmen Cerruti Carricart, prefirió acompañar a su marido con quien siguió la transmisión por televisión desde Londres. Apenas terminó la ceremonia, se comunicó con ellos y, en un breve llamada, recibió sus felicitaciones
Tal como lo indica la tradición en Holanda, la pareja entró junta a Nieuwe Kerk donde los esperaban el reverendo Ter Linden y el padre Rafael Braun, para presidir la ceremonia en representación de ambos países y respetando el idioma de cada uno. Máxima eligió como testigos de su casamiento a sus dos mejores amigas, las argentinas Samantha Deane y Florencia di Cocco
Guillermo y Máxima posan junto a la reina Beatriz de Holanda, antecesora de su hijo en el trono, y su marido, el príncipe Claus. Detrás, los acompañan el hermano de Guillermo, el príncipe Johan Friso, y su esposa, la princesa Laurentien, junto a la los grandes duques de Luxemburgo, Maria-Teresa y Henri
Los detalles del fabuloso vestido de micado blanco nacarado diseñado por el modisto italiano, Valentino. Era discreto, sencillo y de líneas simples. Tenía mangas largas ajustadas, cuerpo liso, cuello redondo y aplicaciones de encaje en los laterales. El velo era de tul de seda y tenía detalles de flores bordadas a mano. Una vez más, resalta la imponente cola del vestido, de cinco metros, con bordes curvos
La reina Beatriz eligió un look monocromo violeta y se mostró feliz acompañada por su inseparable esposo, el príncipe Claus. Pero el 6 de octubre de 2002, apenas unos meses después de la gran boda real, la por entonces monarca enviudó. A los 76 años, su marido falleció a causa de una neumonía complicada por el Parkinson que ya padecía. Sin embargo, algunos años después, la tragedia estaba por golpearla aún más fuerte
El 12 de agosto de 2013, su segundo hijo, el príncipe Johan Friso (foto), perdió la vida a los 44 años. El 17 de febrero de 2012, durante unas vacaciones en Lech, Austria, fue sepultado por un alud y pasó 20 minutos bajo la nieve hasta que los equipos especiales pudieron rescatarlo. Los daños cerebrales fueron irreversibles y lo llevaron a una muerte inevitable
El hermano de Máxima, Martín Zorreguieta, y su pareja de entonces, Mariana Andrés, fueron los padrinos de la boda, ya que la Casa Real impidió que estuviera presente Jorge Zorreguieta, (fallecido en 2017). Mariana deslumbró con un diseño de Benito Fernández y fue elegida como la cuarta invitada mejor vestida de la boda. Ambos trabajaban en el restaurante de Martín, Tinto Bistró, en San Martín de los Andes
Casi todas las Casas Reales europeas estuvieron presentes, en este caso, la llegada de los actuales reyes de Bélgica, Matilde y Felipe. La pareja se encuentra dentro del círculo íntimo de Máxima y Guillermo, ya que los cuatro son grandes amigos y comparten la pasión por esquiar con sus hijos
La reina Noor de Jordania, quien lució un tailleur celeste y stilettos nude, llegó acompañada por el príncipe Carlos de Inglaterra, quien fue en representación de su madre, la reina Isabel
La princesa Margarita de los Países Bajos, hermana de Beatriz y tía de Guillermo, junto a su marido, Pieter Van Vollenhoven
La llegada de los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia, íntimos amigos de los padres de Guillermo
Los grandes duques de Luxemburgo, Henri y Maria Teresa. Ella lució un sombrero de piel para protegerse del frío invierno europea
La Casa Real de Mónaco estuvo representada por la princesa Carolina y su marido, el príncipe Ernst de Hannover. Una vez más, ella eligió un look íntegro diseñado por Chanel
El príncipe Eduardo de Inglaterra junto a su esposa, Sophie Rhys-Jones
El ex presidente de Sudáfrica y Nobel de la Paz, Nelson Mandela, y su esposa, Graça Machel. Durante los atroces años de encierro que Mandela soportó en una celda -cuyas mezquinas medidas eran otra forma de tortura- la familia real de Holanda presionó de todas formas al régimen para lograr su libertad. Guillermo estuvo en primera fila cuando Mandela asumió como Presidente, quien le pidió estar presente el día que se casara. Y así fue
La gran foto familiar de la boda real que dio la vuelta al mundo y que apareció en todas las portadas. A la trágica muerte del príncipe Friso -ocurrida en 2013- se sumó la de Inés Zorreguieta, la hermana menor de Máxima, quien se quitó la vida en 2018 en su departamento del barrio porteño de Caballito. Tenía 33 años y era la "niña mimada" de la esposa de Guillermo, quien viajó de inmediato a la Argentina para acompañar a su familia y volvió a Holanda devastada por el dolor. Inés había sido una de sus damas de honor en el casamiento. En la fotografía, posa segunda a la izquierda.
A pesar que muchos creyeron que la luna de miel sería en St Moritz, ya que ambos son fanáticos del esquí, la pareja real eligió a Nueva Zelanda como destino y arribó a Taupo. Allí, se hospedaron en el lujoso y exclusivo hotel Huka Lodge, muy cerca de las cascadas del río Huka
El 7 de diciembre de 2003, Máxima dio a luz a su hija mayor, la princesa Amalia, y quien es la heredera al trono de Holanda. El 26 de junio de 2005, nació su segunda hija, Alexia, quien ostenta el título de princesa de los Países Bajos y princesa de Orange-Nassau. El 10 de abril de 2007, se convirtió en madre de la princesa Ariane Guillermina Máxima Inés. Sus cuatro nombres fueron elegidos en el siguiente orden: Ariane, por gusto de sus padres; Guillermina, por su tatarabuela paterna; Máxima, por su madre; e Inés, por su tía (Inés Zorreguieta) que fue su madrina de bautismo
Máxima y Guillermo durante su boda, en la que la novia fue escoltada por sus damas de honor. Detrás de la pareja camina Inés Zorreguieta, la hermana preferida de Máxima a quien, a pesar de la distancia y de sus obligaciones protocolares, siempre acompañó en los momentos más importantes de su vida, como cuando terminó la secundaria, y luego, se graduó como psicóloga en la Universidad de Belgrano
20 años después y con tres hijas, Máxima y Guillermo escribieron muchas páginas en el libro de su vida. Se convirtieron en una de las parejas más queridas de la realeza europea y continúan viviendo una idílica historia de amor, aunque la pandemia de COVID-19 no les haya permitido festejar este aniversario de bodas con su pueblo, tal como les hubiera gustado (Fotos: Getty - AFP - EFE- Reuters)
